Recomendaciones

Meditamos en el corazón, como María. Con ella vamos a Jesús para entregamos al Padre. A medida que decimos las oraciones vocales, vamos pensando en los principales misterios de nuestra Redención.

Según la tradición, la reflexión de los misterios es la parte del rosario que la Virgen le explicó a Sto. Domingo con mucho cuidado. Cuando pensamos en Jesús, meditando los misterios de la revelación, profundizamos nuestra fe y valoramos lo que El ha hecho por nosotros. La mejor forma de lograr esa meditación es hacerla con Su Santísima Madre, la Virgen María. Empezamos a comprender, a la vez, el gran papel que juega María en nuestra Redención. Los misterios del rosario nos acercan más a Jesús y a María.

Oracióne iniciales

Señal de la cruz
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Ven Espíritu Santo, ven por medio de la poderosa intercesión del Inmaculado Corazón de la santisima virgen María tu amadísima esposa (3 veces).


Credo de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Cierre sus ojos un instante y recuerde todas las cosas (hechos, palabras, pensamientos, omisión) con que ha ofendido al Señor. Profundamente arrepentido diga:
¡Señor mío Jesucristo!, Dios y Hombre verdadero, Creador Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido y no haberte amado. Propongo firmemente no volver a pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Te ofrezco mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados. Así como os lo suplico, así espero y confío, que en vuestra bondad y misericordia infinita me los perdonaréis y me daréis gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio, hasta el fin de mis días. Amén.

Ofrecimiento del Rosario

  • En honor y gloria a la Santísima Trinidad.
  • En agradecimiento por los beneficios recibidos.
  • Por las Benditas Almas del Purgatorio
  • Por el Papa y la Santa Madre Iglesia Católica; por los sacerdotes y en especial por el sacerdote que hemos adoptado.
  • En expiación y reparación por todos nuestros pecados y los del mundo entero.
  • Por la conversión de los pecadores y por nuestro Celo Apostólico.
  • Por los agonizantes, encarcelados y enfermos.
  • Para pedir las virtudes de la humildad, pureza, obediencia, fidelidad,sabiduria, oración y la caridad.
  • Por todos directores y futuros directores de nuestra comunidad.
  • Por la paz del mundo y en especial, la de nuestro país.
  • Por la perseverancia de los que han sido evangelizados para que el Señor les infunda Celo Apostólico y suscite vocaciones santas.
  • Por todos los servidores públicos y gobernantes.
  • Por las intenciones del Inmaculado Corazón de María y súplicas e intenciones personales.

1. Misterios Gozosos (Lunes Y Sábado)

1. La Encarnación del Hijo de Dios

(Lucas 1, 26-38) “Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo:

Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.

María se sorprendió de estas palabras, y se preguntaba qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo:

No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.

María respondió al ángel:

¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?

El ángel le respondió:

El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios.

Dijo María:

He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. palabra.”

1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


Se rezan las siguientes jaculatorias
María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones de Lazos de Amor Mariano y en los del mundo entero. Amén.

2.La Visita de María a Santa Isabel

(Lucas 1, 39-56) “ En aquellos días, se puso en camino María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, Isabel quedó llena de Espíritu Santo y exclamó a gritos:

"Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que venga a verme la madre de mi Señor? Porque apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!"

Y dijo María:

"Alaba mi alma la grandeza del Señor
y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador
porque ha puesto los ojos en la pequeñez de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada,
porque ha hecho en mi favor cosas grandes el Poderoso, Santo es su nombre
y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen.
Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los de corazón altanero.
Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes.
A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos con las manos vacías.
Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia
como había anunciado a nuestros padres en favor de Abrahán y de su linaje por los siglos."

María se quedó con ella unos tres meses, y luego se volvió a su casa. ”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


Se rezan las siguientes jaculatorias
María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones de Lazos de Amor Mariano y en los del mundo entero. Amén.

3.El Nacimiento del Niño Jesús

(Lucas 2, 1-20) “ Por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad.

Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Mientras estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el albergue.

Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el ángel del Señor, la gloria del Señor los envolvió en su luz y se llenaron de temor.

El ángel les dijo:

"No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre."

Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial que alababa a Dios diciendo:

"Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace."

Cuando los ángeles los dejaron y se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros:

"Vamos a Belén a ver lo que ha sucedido y el Señor nos ha manifestado."
Fueron a toda prisa y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho acerca de aquel niño; y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían. María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón. Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, tal como se les había dicho.”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


Se rezan las siguientes jaculatorias
María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones de Lazos de Amor Mariano y en los del mundo entero. Amén.

4.La Presentación de Jesús en el templo

(Lucas 2, 22-35) “Cuando se cumplieron los días en que debían purificarse, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor.

Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón. Era un hombre justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. El Espíritu Santo le había revelado que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor. Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:

"Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz;
porque han visto mis ojos tu salvación,
la que has preparado a la vista de todos los pueblos,
luz para iluminar a las gentes y gloria de tu pueblo Israel."

Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre:

"Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y como signo de contradicción ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones." ”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


Se rezan las siguientes jaculatorias
María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones de Lazos de Amor Mariano y en los del mundo entero. Amén.

5.El Niño Jesús perdido y hallado en el templo

(Lucas 2, 41-52) “Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando cumplió los doce años, subieron como de costumbre a la fiesta. Al volverse ellos pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo su padres. Creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; pero, al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca.

Al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y haciéndoles preguntas; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. Cuando le vieron quedaron sorprendidos y su madre le dijo:

"Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando."

Él les dijo:

"Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?"

Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio.

Bajó con ellos, vino a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón. Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


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María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones de Lazos de Amor Mariano y en los del mundo entero. Amén.

2.Misterios Luminosos (Jueves)

1. El Bautismo de Jesús en el Jordán

(Mt 3,13-17) “Por entonces se presentó Jesús, que venía de Galilea al Jordán, a donde Juan, para ser bautizado por él. Pero Juan trataba de impedírselo y le decía:

«Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿y vienes tú donde mí?»

Jesús le respondió:

«Deja ahora, pues conviene que así cumplamos toda justicia ante Dios.» Entonces le dejó.

Una vez bautizado Jesús, salió del agua. En esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba como una paloma y venía sobre él. Y una voz que salía de los cielos decía: «Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco.»”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


Se rezan las siguientes jaculatorias
María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones de Lazos de Amor Mariano y en los del mundo entero. Amén.

2.La Autorevelación de Jesús en las bodas de Caná

(Jn 2,1-11) “ Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús. Fueron invitados también a la boda Jesús y sus discípulos. Al quedarse sin vino, por haberse acabado el de la boda, le dijo a Jesús su madre:

«No tienen vino.»

Jesús le respondió:

«¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.»

Pero su madre dijo a los sirvientes:

«Haced lo que él os diga.»

Había allí seis tinajas de piedra, destinadas a las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una. Jesús les dijo:

«Llenad las tinajas de agua.»

Ellos las llenaron hasta arriba. «Sacadlo ahora les dijo y llevadlo al maestresala.»

Ellos lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían sacado el agua, sí que lo sabían), llamó al novio y le dijo:

«Todos sirven primero el vino bueno, y cuando ya están bebidos, el inferior. Tú, en cambio, has reservado el vino bueno hasta ahora.»

Éste fue el comienzo de los signos que realizó Jesús, en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y creyeron en él sus discípulos. ”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


Se rezan las siguientes jaculatorias
María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones de Lazos de Amor Mariano y en los del mundo entero. Amén.

3.El Anuncio del Reino de Dios invitando a la Conversión

(Mt 5,1-48) “Viendo a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Sus discípulos se le acercaron. Entonces, tomando la palabra, les enseñaba así:

«Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

Bienaventurados seréis cuando os injurien y os persigan, y cuando, por mi causa, os acusen en falso de toda clase de males. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.

«Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres.

«Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara para ponerla debajo del celemín, sino en el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y alaben a vuestro Padre que está en los cielos.

«No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolirlos, sino a darles cumplimiento. Os aseguro que, mientras duren el cielo y la tierra, no dejará de estar vigente ni una i ni una tilde de la ley hasta que todo suceda. Por tanto, el que no dé importancia a uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos.

«Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos.

«Habéis oído que se dijo a los antepasados: No matarás, pues el que mate será reo ante el tribunal. Pues yo os digo que todo aquel que se encolerice contra su hermano será reo ante el tribunal; el que llame a su hermano "imbécil" será reo ante el Sanedrín; y el que le llame ‘renegado’ será reo del fuego del infierno.

Entonces, si al momento de presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano. Luego vuelves y presentas tu ofrenda.

Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él de camino, no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. Yo te aseguro que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.

«Habéis oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pues yo os digo que todo el que mira con deseo a una mujer ya cometió adulterio con ella en su corazón.

Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de tropiezo, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehenna. Y si tu mano derecha te es ocasión de tropiezo, córtatela y arrójala de ti; te conviene que se pierda uno de tus miembros, antes que todo tu cuerpo vaya al infierno.

«También se dijo: El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio. Pero yo os digo que todo aquel que repudia a su mujer excepto en caso de fornicación la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada comete adulterio.

«Habéis oído también que se dijo a los antepasados: No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos. Pues yo os digo que no juréis en modo alguno: ni por el Cielo, porque es el trono de Dios; ni por la Tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran rey. Ni tampoco jures por tu cabeza, porque ni a uno solo de tus cabellos puedes hacerlo blanco o negro. Limitaos a decir: ‘Sí, sí’ ‘no, no’, pues lo que pasa de aquí proviene del Maligno.

«Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pues yo os digo que no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra; al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; y al que te obligue a andar una milla vete con él dos. A quien te pida da, y no vuelvas la espalda al que desee que le prestes algo.

«Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los paganos? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre del cielo.”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


Se rezan las siguientes jaculatorias
María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones de Lazos de Amor Mariano y en los del mundo entero. Amén.

4.La Transfiguración del Señor

(Mt 17,1-13) “ Seis días después, tomó Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías, que conversaban con él. Tomó Pedro la palabra y dijo a Jesús:

«Señor, está bien que nos quedemos aquí. Si quieres, haré aquí tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»

Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y salió de la nube una voz que decía: «Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle.»

Al oír esto los discípulos, cayeron rostro en tierra llenos de miedo. Mas Jesús, acercándose a ellos, los tocó y dijo:

«Levantaos, no tengáis miedo.»

Ellos alzaron sus ojos y no vieron a nadie más que a Jesús.
Cuando bajaban del monte, Jesús les ordenó:

«No contéis a nadie la visión, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos.» Sus discípulos le preguntaron:

«¿Por qué, pues, dicen los escribas que Elías debe venir primero?»

Respondió él:

«Ciertamente, Elías ha de venir a restaurarlo todo. Os digo, sin embargo, que Elías vino ya, pero no le reconocieron, sino que hicieron con él cuanto quisieron. Así también el Hijo del hombre tendrá que padecer de parte de ellos.»

Entonces los discípulos entendieron que se refería a Juan el Bautista.”



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María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

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¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones de Lazos de Amor Mariano y en los del mundo entero. Amén.

5.La Institución de la Santa Eucaristía

(Mt 26,26-29 - Juan 6,53-56) “Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo:

«Tomad, comed, éste es mi cuerpo.»

Tomó luego una copa y, después de dar las gracias, se la pasó diciendo:

«Bebed de ella todos, porque ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados. Y os digo que desde ahora no beberé de este producto de la vid hasta el día aquel en que lo beba con vosotros, nuevo, en el Reino de mi Padre.»

Jesús les dijo:

«En verdad, en verdad os digo que si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.
El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí, y yo en él. ”



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María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones de Lazos de Amor Mariano y en los del mundo entero. Amén.

3.Misterios Dolorosos (Martes Y Viernes)

1.La Oración de Jesús en el Huerto

(Lc 22,39-48) “Luego salió Jesús y, como de costumbre, fue al monte de los Olivos. Los discípulos le siguieron. Llegado al lugar, les dijo:

«Pedid que no caigáis en tentación.»

Se apartó de ellos como un tiro de piedra y, puesto de rodillas, oraba así: «Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.»

Entonces se le apareció un ángel venido del cielo que le confortaba. Y sumido en agonía, insistía más en su oración.
Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra.

Levantándose de la oración, vino donde los discípulos y los encontró dormidos por la tristeza. Les dijo:

«¿Cómo es que estáis dormidos? Levantaos y orad para que no caigáis en tentación.»

Estaba todavía hablando, cuando se presentó un grupo, encabezado por el llamado Judas, uno de los Doce, que se acercó a Jesús para darle un beso.

Jesús le dijo:

«¡Judas, con un beso entregas al Hijo del hombre!» ”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


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María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones de Lazos de Amor Mariano y en los del mundo entero. Amén.

2.La Flagelación del Señor

(Mc 15,6-15) “Durante la Fiesta, Pilatos les concedía la libertad de un preso, el que pidieran. Había uno, llamado Barrabás, que estaba encarcelado con aquellos sediciosos que en el motín habían cometido un asesinato. Subió la gente* y se puso a pedir lo que les solía conceder. Pilato les contestó:

«¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?»

(pues se daba cuenta de que los sumos sacerdotes lo habían entregado por envidia). Pero los sumos sacerdotes incitaron a la gente a que pidiesen más bien la libertad de Barrabás.

Pilato insistió:

«¿Y qué voy a hacer con el que llamáis el rey de los judíos?»

La gente volvió a gritar:

«¡Crucifícalo!»
Pilato les dijo:
«Pero ¿qué mal ha hecho?»
Mas ellos gritaron con más fuerza:
«¡Crucifícalo!»

Pilato, entonces, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás. Y a Jesús, después de azotarle, lo entregó para que fuera crucificado.”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


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María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones de Lazos de Amor Mariano y en los del mundo entero. Amén.

3.La Coronación de espinas

(Mt 27,27-31) “Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la cohorte. Lo desnudaron y le echaron encima un manto de púrpura; trenzaron una corona de espinas y se la colocaron en la cabeza, y le pusieron en la mano derecha una caña; después, doblando la rodilla delante de él, le hacían burla, diciendo:

«¡Salve, Rey de los judíos!»

y, tras escupirle, cogieron la caña y le golpeaban en la cabeza. Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y lo llevaron a crucificarlo.”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


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María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones de Lazos de Amor Mariano y en los del mundo entero. Amén.

4.Jesús con la Cruz a cuestas

(Lc 23,26-31) “Cuando lo llevaban, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús.

Le seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían y se lamentaban por él. Jesús se volvió a ellas y les dijo:

«Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos. Porque llegarán días en que se dirá: ¡Dichosas las estériles, las entrañas que no engendraron y los pechos que no criaron! Entonces se pondrán a decir a los montes: ¡Caed sobre nosotros! Y a las colinas: ¡Sepultadnos! Porque si hacen esto con el leño verde, ¿qué no se hará con el seco? ”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


Se rezan las siguientes jaculatorias
María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones de Lazos de Amor Mariano y en los del mundo entero. Amén.

5.La Crucifixión del Señor

(Lc 23,32-46) “Llevaban además a otros dos malhechores para ejecutarlos con él. La Crucifixión. Llegados al lugar llamado Calvario, lo crucificaron allí junto con los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía:
«Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.»

Los soldados se repartieron sus vestidos, echándolos a suertes. La gente estaba mirando. Los magisrados, por su parte, hacían muecas y decían:

«Ha salvado a otros; que se salve a sí mismo si es el Cristo de Dios, el Elegido.»

También los soldados se burlaban de él; se acercaban, le ofrecían vinagre y le decían:

«Si tú eres el rey de los judíos, ¡sálvate!»

Había encima de él una inscripción: «Éste es el rey de los judíos.»

Uno de los malhechores colgados le insultaba:

«¿No eres tú el Cristo? ¡Pues sálvate a ti y a nosotros!»

Pero el otro le increpó:

«¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena? Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio éste nada malo ha hecho.»

Y le pedía:

«Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino.»

Jesús le contestó: «Te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso.»

Era ya cerca de la hora sexta, cuando se oscureció el sol y toda la tierra quedó en tinieblas hasta la hora nona. El velo del Santuario se rasgó por medio y Jesús, dando un fuerte grito, dijo:

«Padre, en tus manos pongo mi espíritu.» Y, dicho esto, expiró.”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


Se rezan las siguientes jaculatorias
María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones de Lazos de Amor Mariano y en los del mundo entero. Amén.

4.Misterios Gloriosos (Miércoles Y Domingo)

1.La Resurrección del Señor

(Mc 16, 1-18) “Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron aromas para ir a embalsamarlo. Y muy de madrugada, el primer día de la semana, a la salida del sol, fueron al sepulcro. Se decían unas a otras:

«¿Quién nos retirará la piedra de la puerta del sepulcro?»

Pero, al alzar la mirada, vieron que la piedra estaba ya retirada; y eso que era muy grande. Al entrar en el sepulcro, vieron a un joven sentado en el lado derecho, vestido con una túnica blanca, y se asustaron. Pero él les dijo:

«No os asustéis; sé que buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado. Pero ha resucitado, ya no está aquí. Ved el lugar donde lo pusieron. Id, sin embargo, a decir a sus discípulos y a Pedro que irá delante de vosotros a Galilea; allí lo veréis, como os dijo.»

Ellas salieron huyendo del sepulcro, pues un gran temblor y espanto se había apoderado de ellas. Y no dijeron nada a nadie, porque tenían miedo.

Jesús resucitó en la madrugada, el primer día de la semana, y se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a comunicar la noticia a los que habían vivido con él, que estaban tristes y llorosos. Ellos, al oír que vivía y que había sido visto por ella, no lo creyeron.

Después de esto, se apareció, bajo otra figura, a dos de ellos, cuando iban de camino a una aldea. Ellos volvieron a comunicárselo a los demás; pero tampoco creyeron a éstos.

Por último, estando a la mesa los once discípulos, se les apareció y les echó en cara su incredulidad y su cerrazón de mente, por no haber creído a quienes le habían visto resucitado. Luego les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Éstos son los signos que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y, aunque beban veneno, no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.»”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


Se rezan las siguientes jaculatorias
María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones de Lazos de Amor Mariano y en los del mundo entero. Amén.

2.La Ascensión del Señor al Cielo

(Hch 1,3-11) “A estos mismos , después de su pasión, se les presentó dándoles pruebas de que vivía, dejándose ver de ellos durante cuarenta días y hablándoles del Reino de Dios.

Mientras estaba comiendo con ellos, les ordenó: «No os vayáis de Jerusalén, sino aguardad la Promesa del Padre, que oísteis de mí. Porque Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo dentro de pocos días.»

Ellos, en cambio, estando reunidos, preguntaron a Jesús:

«Señor, ¿va a ser ahora cuando restablezcas el Reino a Israel?»

Él les contestó: «No es cosa vuestra conocer el tiempo y el momento que el Padre ha fijado con su propia autoridad; al contrario, cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros, recibiréis una fuerza que os hará ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra».

Dicho esto, fue levantado en presencia de ellos, y una nube lo ocultó a sus ojos. Mientras ellos estaban mirando fijamente al cielo, viendo cómo se iba, se les presentaron de pronto dos hombres vestidos de blanco que les dijeron:

«Galileos, ¿por qué permanecéis mirando al cielo? Este Jesús, que de entre vosotros ha sido llevado al cielo, volverá tal como lo habéis visto marchar». ”



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María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones de Lazos de Amor Mariano y en los del mundo entero. Amén.

3.La Venida del Espíritu Santo

(Hch 2,1-13) “Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos con un mismo objetivo. De repente vino del cielo un ruido como una impetuosa ráfaga de viento, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos. Entonces quedaron todos llenos de Espíritu Santo y se pusieron a hablar en diversas lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.

Residían en Jerusalén hombres piadosos, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo. Al producirse aquel ruido, la gente se congregó y se llenó de estupor, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua. Estupefactos y admirados, decían:

«¿Acaso no son galileos todos estos que están hablando? Pues ¿cómo cada uno de nosotros les oímos en nuestra propia lengua nativa? Aquí estamos partos, medos y elamitas; hay habitantes de Mesopotamia, Judea, Capadocia, el Ponto, Asia, Frigia, Panfilia, Egipto y la parte de Libia fronteriza con Cirene; también están los romanos residentes aquí, tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes. ¿Cómo es posible que les oigamos proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios?»

Todos estaban estupefactos y perplejos, y se decían unos a otros:
«¿Qué significa esto?»
Otros, en cambio, decían riéndose:
«¡Están repletos de vino!»”



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María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones de Lazos de Amor Mariano y en los del mundo entero. Amén.

4.La Asunción de la Virgen María al Cielo

(Ct 2,3-14) “Mi amado es, entre los hombres,
como un manzano entre los árboles del bosque.

¡Qué agradable es sentarme a su sombra!
¡Qué dulce me sabe su fruta!
Me llevó a la sala de banquetes
y sus miradas para mí fueron de amor.

¡Reanímenme con tortas de pasas,
aliméntenme con manzanas,
porque me muero de amor! ¡Que ponga él su izquierda bajo mi cabeza,
y que con su derecha me abrace!

Prométanme, mujeres de Jerusalén,
por las gacelas y cervatillas del bosque,
no interrumpir el sueño de mi amor.
¡Déjenla dormir hasta que quiera despertar!

¡Ya viene mi amado!
¡Ya escucho su voz!
Viene saltando sobre los montes,
viene saltando por las colinas.
Mi amado es como un venado:
como un venado pequeño.
¡Aquí está ya, tras la puerta,
asomándose a la ventana, espiando a través de la reja!

Mi amado me dijo:
«Levántate, amor mío;
anda, cariño, vamos.
¡Mira! El invierno ha pasado
y con él se han ido las lluvias.
Ya han brotado flores en el campo,
ya ha llegado el tiempo de cantar,
ya se escucha en nuestra tierra
el arrullo de las tórtolas.
Ya tiene higos la higuera,
y los viñedos esparcen su aroma.

»Levántate, amor mío;
anda, cariño, vamos.

»Paloma mía, que te escondes en las rocas,
en altos y escabrosos escondites,
déjame ver tu rostro,
déjame escuchar tu voz.
¡Es tan agradable el verte!
¡Es tan dulce el escucharte!» ”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


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María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones de Lazos de Amor Mariano y en los del mundo entero. Amén.

5.La Coronación de la Santísima Virgen María

(Ap 12,1; Cant 6,10) “Apareció en el cielo un signo sorprendente: una Mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en la cabeza.

¿Quién es ésta que se asoma como el sol en la mañana? Es hermosa como la luna, radiante como el sol, ¡imponente como un ejército en marcha!”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


Se rezan las siguientes jaculatorias
María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones de Lazos de Amor Mariano y en los del mundo entero. Amén.

6.Oraciones Finales

Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria por las intenciones del Santo Padre Francisco y para ganar las indulgencias de este Santo Rosario.

Almas Benditas del Purgatorio quién las pudiera aliviar, que Dios las saque de penas y las lleve a descansar.
Padre nuestro y Avemaría

Concédele Señor, el descanso eterno y brille para ellas la luz perpetua. Que las almas de los fieles difuntos por la misericordia de Dios, descansen el paz. Amén

La Salve
Dios te salve, Reina y Madre, Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve a ti clamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. ¡Ea, pues, Señora abogada nuestra! Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo Amén.

Oración a San José
San José, que tu poder se extienda sobre todas nuestras necesidades, tú puedes hacer posible lo que parece imposible. Protege con paternal amor todas nuestras familias e intereses. Amén. San José, Padre adoptivo de Nuestro Señor Jesucristo y verdadero esposo de la Santísima Virgen María, ruega por nosotros y por los agonizantes de esta noche. Amén. San José varón prudente y justo, intercede por nosotros ante el Santo de los Santos, La Trinidad Santísima. Amén.

Oración a San Miguel Arcángel
San Miguel Arcángel defiéndenos en la pelea. Sé nuestro amparo contra la maldad y las asechanzas del demonio. ¡Reprímele Oh Dios como rendidamente te lo suplicamos! Y tú, Príncipe de las Milicias Celestiales, armado del Poder Divino, Precipita al Infierno a Satanás y todos los espíritus malignos que para la perdición de las almas, vagan por el mundo. San Miguel Arcángel, con tu luz ilumínanos, San Miguel Arcángel con tus alas protégenos, San Miguel Arcángel con tu espada defiéndenos. Amén.

Oración al Ángel de la guarda
Santo Ángel de mi guarda, mi dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día, hasta que me pongas en el cielo en paz y alegría, junto con todos los santos, con Jesús, José y María a quienes doy el corazón y el alma mía. Amén.

Bendición final
Contigo voy virgen pura y en tu poder voy confiado, pues yendo en ti amparado mi alma volverá segura. Dulce Madre, no te alejes, tu vista de nosotros no apartes; ven con nosotros a todas partes y solos nunca nos dejes y ya que nos amas tanto como verdadera madre haz que nos bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.